25 marzo 2011

METEOROLOGIA DE LAS BODEGAS DE LOS BUQUES



El aire atmosférico es una mezcla de varios componentes tales como nitrógeno, oxígeno y vapor de agua, y otros en menos cantidad. El volumen del aire está sujeto a cambios con la temperatura ambiente. Uno de los componentes del aire que más nos interesa en este estudio es el vapor de agua, que aún siendo invisible sus efectos se notan considerablemente. Para una temperatura determinada el aire puede solamente contener una determninada cantidad de humedad llamada saturación y es diferente para cada temperatura. Cuando el aire no puede contener más vapor de agua se condensa éste en forma de gotitas alcanzando la temperatura del punto de rocío. Para hallar la temperatura del punto de rocío nos valdremos del psicrómetro, que consiste en dos termómetros, uno seco y el otro envuelto en una muselina que está dentro de un recipiente con agua. Cuanto menor sea la humedad relativa habrá más evaporación, robando más calor al termómetro húmedo que al seco. Se toman las lecturas de ambos termómetros y entrando en unas tablas con la temperatura de la bola seca y la diferencia entre la bola seca y la húmeda, encontrando la temperatura del punto de rocío. Por tanto, el punto de rocío es igual a la temperatura del aire cuando la humedad relativa es igual a 100 y cuanto más seco sea el aire, menor será la temperatura del punto de rocío. Formación de la humedad sobre una superficie fría Si observamos un vaso lleno de agua fría veremos que el vaso frío reduce la temperatura del aire en contacto con él y aumenta en seguida la humedad relativa, llegando hasta 100 si el contenido de la humedad es suficiente. Por tanto, el vapor del aire se condensa sobre el vaso. Para evitar esta condensación podríamos actuar de dos formas diferentes: aumentando la temperatura del vaso sobre la del punto de rocío del aire, o bien, disminuyendo la temperatura de rocío en relación a la temperatura del vaso. Esta teoría aplicada al comportamiento del aire en la bodega con relación al exterior, nos lleva a la conclusión de que el factor primordial para evitar la condensación es la temperatura del punto de rocío. Refiriéndonos a las bodegas, diremos que la condensación se forma cuando la temperatura del punto de rocío es superior a la del aire en la bodega, en este caso, no deberemos introducir aire en la bodega, pues de lo contrario, su entrada provocará una condensación inevitable. Se tendrá muy presente la posibilidad de saturación en las bodegas en los viajes de zonas cálidas a zonas frías, pues cuando el frío empiece a enfriar considerablemente las plachas de los costado y cubierta, se producirá la condensación cuando se pase de una zona fría a otra cálida si la temperatura de la carga es inferior a la del punto de rocío del aire exterior. En este caso se cerrará la ventilación. Hay dos clases de saturación: Sudor del casco: Se produce al embarcar mercancías que despiden calor y, por tanto, vapor de agua, que al entrar en contacto con las planchas del costado y cubierta a causa de la diferencia de temperaturas entre el interior y el exterior, provoca una condensación del aire de la bodega mojando completamente las planchas, cuadernas y cielo de las cubiertas. Para evitar el sudor del casco será necesario crear una fuerte corriente de aire en las bodegas, especialmente cuando se navega de una zona cálida a otra fría. Sudor de la carga: Es debido al contraste entre la temperatura de la carga cuando es más baja que el aire de la bodega, creándose una condensación sobre la mercancía que le puede causar graves daños por oxidación, decoloración, enmohecimiento, etc. Suele ocurrir cuando se carga en zonas de clima frío y se navega por zonas cálidas. Para combatir el sudor de la carga se cerrará la ventilación actuando solamente sobre los extractores para eliminar cualquier posibilidad de un excesivo vapor de agua en el aire. (Para más información ver el TRATADO DE ESTIBA, 2ª edic. de J.B.Costa).